domingo, 27 de junio de 2010

DIAGNÓSTICO: ANONIMATO. TRATAMIENTO Y POSOLOGÍA.

Por José Manuel Ariza.

 

Saludos.

 

Somos muchos los blogueros que debemos soportar ésa lacra moderna que se presenta en formato “anónimo” y que propaga por internet sin solución de continuidad en éste infinito medio de difusión.

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Cabe decir que en todos los tiempos y en cualquiera fuese la relación epistolar, existieron los anónimos y en todas las circunstancias para acusar, extorsionar, denunciar, insultar, vejar, avisar… amparados en una forma de ocultación que, casi siempre, decía bien poco de los autores.

 

Miedo, vergüenza, cobardía, envidia, anhelos insatisfechos o, sencillamente, para intentar conseguir aquello que se desea y que no se tiene. O, por el contrario, destruirlo porque “si no es mío no es de nadie”.

Desde que Torquemada elevó el anónimo a la categoría de denuncia formal, ésa función esotérica queda incorporada al intercambio “normal” de relaciones que, casualmente, solían terminar de mala manera para el receptor y casi siempre bien para el emisor por la propia esencia secreta del mismo.

 

Un anónimo, sin embargo, es un producto inacabado.

 

Si lo tratamos desde el punto de vista psicológico y sin extenderme mucho, solo señala carencias del individuo que los produce. Y son bastantes: inseguridad, miedo, auto desconfianza, impotencia -para vencer el supuesto obstáculo por medios “naturales”-, perversión…

 

En general, prevalecen dos motivos fundamentales: cobardía y saña destructiva. Y aunque es frecuente encontrar mofa, no es más que bastante de lo anterior.

 

Los anónimos son, por tanto, parte sustancial de nuestras vidas internautas y hemos de convivir con ellos porque raramente no nos veremos afectados por el virus.

 

¿Qué hacer cuando aparecen los síntomas?

 

En general, todos los blogs suelen tener la función “moderar comentarios”. Es la fórmula que permite al propietario leerlos previamente y que ésos anónimos aparezcan o no porque se reciben en forma de correo y solo si cuentan con la autorización necesaria, se publicarán.

Hay blogs que tienen desactivada la función y eso les hace vulnerables a la aparición de los mismos, es decir, tal cual se reciben entran en el listado.

 

También solemos observar que a medida que aumentan las visitas a un blog –por las razones que sean se leen más-, aumentan igualmente los anónimos. Si el blog en cuestión toca asuntos “sensibles” para algunos, la avalancha es verdaderamente notable.

 

Otros blogueros solo los muestran si el anónimo presenta un nombre –aunque sea inventado-.

 

Y unos terceros que jamás publican nada que no venga perfectamente identificado.

Y solo dos posibilidades: se publican o no.

 

Si se publican, el autor del blog deberá soportar los contenidos que incluyan. Podrá responder o no –hay muchos casos conocidos- y así podemos leer larguísimos apartados de comentarios donde se replican unos a otros sin fin. O hasta que el propietario decide terminar la letanía.

 

Otros, por el contrario, jamás publican ésos anónimos. Sencillamente no pasan el filtro y asunto concluido.

 

Mi caso particular lo planteo de la siguiente forma: no publico anónimos.

 

No obstante, conservo una carpeta repleta de ellos –los guardo todos- y puede que un día, en cualquier momento del futuro, me decida a juntarlos y exponerlos, desgranados, recomentados, tratados y despiezados. Conviene saber que a muchos de ésos anónimos puedo identificarlos fácilmente, pero no diré de qué forma y dejaré a la imaginación de los amantes de lo oculto que se devanen los sesos.

 

Alguna vez, sin embargo, he escrito sobre ellos, en largas entradas, porque en mi blog solo se publica lo que yo quiero publicar. Y si me place, les dedico un montón de letras donde, con todo a mi favor, los despanzurro. Sencillamente.

 

Y termino con algunas reflexiones que desde el primer anónimo que recibí –y son muchos- aún no he resuelto: ¿por qué pierden su tiempo en leer blogs que no les gustan, que no comparten, que dicen cosas que atentan contra sus intereses y sus pasiones?

 

¿Qué motivos les llevan a aplicarse tanto en sitios que les causan tamaño malestar?

 

¿Qué les impide crear su propio blog y “despacharse a gusto”?

 

Crear un blog es, como sabemos, bien sencillo. Lo complicado es mantenerlo lleno de cosas –interesantes o no-, que sepas que hay algunas personas que te leen –“la vida de los blogs son los lectores”, como bien me señalaron un día- y aunque haya quien, como yo, solo escribe por escribir, no deja de ser agradable que recibas algún elogio de vez en cuando.

Pero crear es construir y no todos estamos capacitados para ello.

 

Algunos solo saben hacer lo contrario.

 

Ser o no ser… es cuestión de personalidad.

 

Cuidaros.

2 comentarios:

EL PAPI MAGASE dijo...

Este post me sirve de mucha ayuda en estos momentos de invasores ocultos,bueno de invasores nada,yo los llamo ahora "AUMENTADORES DE VISITAS FRUSTADOS" un abrazo hermano pequeño.

RaMonStones dijo...

Genial el post,Ariza!
la papelera llenita de ellos jajajaj